La casa francesa Lanvin está de celebración, no por llevar más de cien años de éxitos, sino por los diez años que ha cumplido Alber Elbaz al frente de la firma. China reunió a más de 800 personas (entre ellos muchas personalidades orientales) en el Hotel Beijing para asistir a uno de los desfiles únicos en muchos tiempos.
El desfile trajo una colección de hombre y otra de mujer a través de una pasarela dónde hubo juego de espejos, cortinas negras, luces brillantes y como no, piezas de valor incalculable. El after party del desfile fue al puro estilo de Versalles, grandes lamparas de araña, moquetas de terciopelo, fuentes de champán y pirámides de caramelos que convirtieron a más de uno en la nueva Maria Antonieta del siglo XXI.
Todo este gran montaje tiene como siempre una idea detrás, y es que Lanvin está preparando su implantación en China a partir del año próximo; así abriendo un abanico de nuevos comprados en el mundo oriental.
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Carrousel Mc